Descendiente desamparado de los bardos de antaño que cantaban las hazañas de los reyes guerreros de Irlanda, Shane MacGowan nunca renegó de su herencia irlandesa, más bien al contrario, la supo conjugar, junto a sus compinches de The Pogues, con sus vivencias juveniles en el Londres del Punk y la Anarquía, creando algo nuevo, aunque seguramente nunca dirá que lo hizo.
Poeta, músico, cantante… superviviente de mil batallas. Hace 20 años nadie hubiera apostado que estaría vivo a día de hoy, pero así es y además para nuestro disfrute, de vez en cuando se junta con sus viejos compañeros de fechorías para dar conciertos. Lejos quedan los años de furia creativa, con apenas una decena de discos (con The Pogues), contando grabaciones en estudio y directos, y sin contar recopilaciones, han entregado un puñado de temas imprescindibles, con historias hermosas, himnos beodos, delicadas piezas musicales, furiosos ataques, de alegría desbordante o tristeza insondable, o de ambas a la vez. Su música nos acompañó en largas noches de cerveza, cuando los bares eran el único refugio para las almas en pena. No entendíamos ni una palabra de sus letras, pero sí comprendíamos que música y versos salían del corazón y las entrañas y nos revitalizaban hasta el amanecer. Ahora, más viejos, más gordos, con más huecos en las encías, seguimos emocionándonos con “Fairy tale in New York”, nos seguimos enfadando al oír “Dirty Old Town”, señal inequívoca de que cierran el bar y nos echan a la puta calle, seguimos derramando la cerveza por el desafortunado Jesse James emocionándonos una noche lluviosa en el Soho o alucinando con la canción turca de los condenados. En fin, son The Pogues, capitaneados por Shane, viejos compañeros de naufragios.
Shane Macgowan puede ser el principal culpable del declive y posterior disolución de The Pogues. A Shane se le puede achacar una mala gestión del pánico escénico que padece con la consiguiente deriva a las drogas y el alcohol cada vez que tenía que subirse a un escenario a cantar. A Shane se le puede acusar de falta de compromiso para con sus compañeros de grupo al afear el trabajo de estos una y otra vez con sus pedos cósmicos. Pero quizás Shane no ha hecho más que recorrer el camino de su vida (musical) desde las vísceras y desde su manera de hacer. Su participación en The Pogues es simplemente imprescindible a la hora de explicar el éxito de estos en la década que estuvieron juntos sacando discos y con giras mundiales. Su impronta está desde la concepción misma del estilo del grupo hasta en las composiciones, las letras y su personal manera de cantar. Y como algo tendrá el vino para cuando lo bendicen vamos a hacer un repaso a su biografía en busca de claves.
Shane Patrick Lysaaght Macgowan nace el día de Navidad de 1957 en el condado de Kent (Inglaterra). Hijo de irlandeses, Maurice y Therese, vive los seis primeros años con la familia de su madre en Nenagh, una pequeña aldea en el condado de Tipperary, Irlanda, mientras sus padres trabajan en Inglaterra. A Maurice y Therese no les gustaba vivir y trabajar en Ingleterra y pensron que mientras pudieran dejarían que Shene tuviera una infancia feliz en Irlanda. Son unos años que, Shane reconoce, marcarán su posterior devenir. En un ambiente de fanatismo católico de pequeña aldea junto con la miseria que vivía buena parte de Europa a finales de los cincuenta son el escenario ideal de aprendizaje de Shane niño. Su familia se encargará de transmitirle el amplio cancionero tradicional irlandés, que Shane con tres años cantará subido a una mesa en una especie de cantina familiar. Cantina donde los lugareños y gente de paso aprovechaban para comer, beber, cantar y jugar a las cartas e influencia del vicio precoz de Shane. Esta cantina era en realidad una casa franca del viejo IRA, ejército del cual su tío Mick fue comandante local. Nada desdeñable son tampoco las enseñanzas de una de sus tías, Nora, combinando el fervor religioso y apuestas a las carreras de caballos con algún licor fuerte. Queda por añadir el tío Sean, un elegante rockabilly de quien Shane dice que le enseñó cuanto sabe sobre las mujeres.
Sus padres le llevarán con ellos a Inglaterra con seis años y medio para empezar en la escuela. Vivirán en varias partes del sureste de la isla incluidas Brighton y Londres, donde se instalarán definitivamente. Sus padres son ávidos lectores y pronto Shane mostrará interés y talento por y para la literatura. Gana una beca para estudiar literatura en una escuela de prestigio pero, al tiempo. es expulsado por tenencia de drogas, algo que enervará a su madre, pero no sorprende a su padre. Corren los años setenta y Londres está plagada de emigrantes de todo el mundo peleándose por un trabajo mal pagado y las drogas proliferan en sus calles. Los chicos irlandeses están divididos entre los que reniegan de sus orígenes para poder prosperar y los que defienden orgullosos, pese a todo, su patria sentimental. Shane, que vive unos años inmerso en una dinámica pandillera de peleas, pequeña delincuencia, abuso de drogas y alcohol es testigo de excepción de la irrupción del punk. Además de ir a los conciertos que empezaban a dar Sex Pistols, The Clash y otros monta su primer grupo, The Nipple Erectors.
Llegan los ochenta, la cultura alternativa se está inponiendo en la calle. Un buen día en el año ochenta y dos, Macgowan queda con Jem Finer y Peter «Spider»Stacy para montar un grupo. Están reunidos los tres en una habitación deliberando sobre el estilo musical del futuro grupo. Shane, que no decía nada hasta el momento, coge una guitarra clásica que había por allí y se pone a cantar y tocar una canción tradicional irlandesa, eso sí, en un tempo bastante más alto y unas formas punk cantando. Sus dos colegas se miraron y le preguntaron a Shane si lo traía pensado, a lo que este respondió con su silencio y su peculiar risa. Acababa de nacer el «Paddy beat» y la banda The Pogues.
Después vendrían los discos, las giras –locales, continentales y mundiales– el éxito en definitiva, tan difícil de sobrellevar. También vendrían los problemas con alcohol y drogas, y aunque esto ya eran aficiones anteriores de nuestro hombre, ahora afectaban a un número mayor de personas. Su expulsión de The Pogues, la nueva banda The Popes, la reunificación. Y los conciertos esporádicos y exitosos de la actualidad. Una carrera sorprendente como pocas, porque The Pogues acumulan un buen número de muertos entre sus miembros y no pocos pensábamos que Shane sería el primero, pero ahí sigue en pie, desdentado, descamisado, despeinado, cantando las canciones más hermosas que se puedan imaginar, recodándonos a todos lo catastróficos y sublimes que tenemos la posibilidad de ser.
ANTES DE QUE PREGUNTÉIS cómo es posible mantener una dentadura en semejantes condiciones, vamos a dar la respuesta que el propio Shane dio en el libro “A drink with Shane MacGowan. Se debe a una mezcla de factores: 1.- No lavárselos (casi) nunca. 2.- Acabar una pelea tabernaria siempre del lado del perdedor. 3.- La brutalidad policial a finales de los 70. 4.- El (ab)uso puramente recreativo de drogas de todo tipo.